viernes, 23 de julio de 2010

MANIFESTACION DE DIOS ENTRE LOS HOMBRES

En las traducciones de la bíblica usan las palabras “revelar” la cual aparecen 60 veces, de las cuales 28 están en el Antigua Testamento.

Revelar tiene como significado “quitar una cubierta, descubrir o destapar algo que está oculto; por lo tanto dará a conocer lo que es secreto o desconocido”.

En Juan 17:3 dice “y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien tú has enviado”.

Las manifestaciones personales de Dios a Abraham, Isaac, Jacob, y Moises al presentarse como una nube que los protegía del sol durante el dia y era una gran llama durante la noche muestra que Dios quería darse a conocer a todos los pueblos a través de estos hombres.

En Hebreos 1:1 nos muestra con estas palabras el proceso de l;a manifestación divina en el Antiguo Testamento: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas…” este texto reafirma la evidencia que Dios habla a través de los profetas. Clave aclarar que también se usan otros términos para referirse a un profeta, “varón de Dios” “vidente” (1 Samuel 9:9).

Los profetas no solo proclaman la palabra de Dios, también escriben, ya sea porque Dios les de orden o el espíritu santo. El primer profeta que escribió fue moises en el monte Carmelo, insto a escribir a Jeremías ( Jer. 36:2).

La biblia no solo habla de la manifestación de Dios en la naturaleza, si no que enseña un conocimiento profundo de Dios en la razón humana. Esa manifestación está al alcance de todo los seres humanos en todas partes, por lo cual Dios se conoce como creador, sustentador y Señor de todo el universo. Nos vemos fortalecidos con la obra que Dios hiso con sus propias manos, como pablo dice “el el vivimos, y nos movemos, y somos” (hechos 17:28).
En base a la biblia, una vez terminada la creación “vio Dios todo el que había hecho y he aquí que todo era bueno en gran manera” (gen. 1:31). Dicha expresión incluía al ser humano, ya que en ellos no había ninguna imperfección, pues “Dios lo hizo recto” (Eclesiastés 7:29). Tal dicha lamentablemente no duro mucho tiempo.

Dios se he presentado en tres modalidades: la naturaleza, los seres humanos y la historia.

1.- Naturaleza.
A menudo los escritores bíblicos mencionan los fenómenos de la naturaleza como una revelación de Dios. Muchos salmos hablan de la grandeza de Dios quien sostiene y provee todas las necesidades de toda creatura viviente, incluyendo al ser humano.

También los desastres naturales nos muestran que el mal existe y cada dia luchamos con nuestra pacaminosidad.

De acuerdo con las escrituras, la naturaleza muestra la gloria, la sabiduría y el cuidado divino. Sin embargo enfrentamos enfermedad, demuestre y muerte. La naturaleza también muestra las consecuencias de la caída.

2.- Seres humanos
“Aun en su condición caída llevan las huellas de su origen divino” (gen. 1:26,27).

En ninguna época de la historia Dios ha dejado de comunicarse con el hombre, nunca ha obstaculizado los canales de comunicación.

La biblia también se refiere a la conciencia como una manifestación de Dios. Su objetivo es que lleguemos a hacer lo correcto y evitar lo malo. En 1 de Cor. 1:21 Pablo hace notar que el mundo no conoció a Dios a través de la razón y sabiduría.

Los escritos del Nuevo Testamento son testimonio de la muy singular experiencia de Dios hecha por los discípulos y seguidores de Jesús. Un grupo de gente sencilla, la mayoría pescadores de Galilea, y algunas mujeres del pueblo se sintieron atraídos por la figura de Jesús de Nazaret, que se presentaba como una nueva forma de profeta, con una autoridad de las doctrinas y moral muy distinta de la de los maestros religiosos, confirmada con señales prodigiosas que parecían proceder de Dios.

Algunos llegaron a formar una auténtica comunidad a su alrededor y fueron testigos directos de lo que decía y hacía, y así llegaron a la convicción de que, finalmente, se cumplirían en Jesús las antiguas promesas que anunciaban una gran manifestación de Dios entre los hombres que había de cambiar el curso de este mundo. Era una esperanza inicialmente poco precisa, y seguramente lastrada de malentendidos, como reconocieron más adelante. Una esperanza que recibió un golpe brutal cuando, al poco tiempo, las autoridades religiosas de Israel, con la complicidad del poder político de los romanos, consiguieron condenar a Jesús a muerte de cruz, como blasfemo y embaucador del pueblo. Este final inesperado produjo en los discípulos como un desengaño y una desmoralización que uno de ellos expresaría con gran exactitud más adelante en un relato que se refiere a su estado de ánimo después de la muerte de Jesús: «Jesús de Nazaret era un profeta poderoso en obras y en doctrina, ante Dios y ante todo el pueblo. Los sumos sacerdotes y los magistrados le condenaron a muerte y le crucificaron. Nosotros esperábamos que él sería quien redimiría a Israel; pero ya es el tercer día desde que sucedieron todas estas cosa” (Lucas 24:19-21).

El final trágico de Jesús, parecía poner fin a aquellas esperanzas plasmadas en la mente y corazón de los que le amaban. Pero he aquí que, después de muerto y enterrado, Jesús se les hizo presente una y otra vez de forma palpable como viviente.
Jesús resucitado, por medio del Espíritu de Dios que él envía al mundo, comienza a transformar el mundo y a hacer efectivo aquel «Reino de Dios» que había anunciado y que sus seguidores habían esperado. La experiencia del Resucitado y de la presencia del Espíritu produce en los discípulos un cambio muy radical que se puede expresar en las palabras que el mismo evangelista Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, después de la narración de la venida del espíritu.

Si la débil fe de los disípalos les había hecho temblar ante la muerte de Jesús, la experiencia de su resurrección le había mostrado que el verdaderamente era el hijo de Dios.
Jesús fue una comunicación y revelación de Dios mismo, Dios aparece en El de una forma aparentemente muy distinta de la que hasta entonces los hombres habían imaginado.

3.- Historia
Las escrituras presentan a Dios como el señor de la historia y de la naturaleza. Daniel dice: “El muda los tiempos y las edades, quita reyes, y pone reyes” (Dan 2:21).

Las evidencias presentadas con el estudio profundo de la naturaleza sugieren: los seres humanos son un canal de revelación divina siempre que esté dispuesto a caminar con Jesucristo y seguir su ejemplo.

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